Tres dedos de espuma en la cerveza. En muchos países esto podría ser considerado un sacrilegio, una barbaridad, un ultraje al consumidor y provocar que un cliente insatisfecho enviase al camarero a la casilla de salida. El debate en cualquier barra española sería casi tan enérgico como el que gira en torno a la tortilla de patatas: con o sin cebolla? Pero en la República Checa la espuma es parte imprescindible de la ecuación en una jarra de cerveza bien servida. Y recalco lo de “bien servida”. De hecho, en tierras de Bohemia, tres dedos es la norma. De ahí, su presencia puede expandirse hasta recibir un vaso casi lleno de esa masa de burbujas blanquecina que termina decorando hasta los bigotes más sofisticados en los primeros sorbos.

– Two beers, please.

La cerveza que te sirven por defecto es 40% espuma, 60% líquido.

Me acerco la jarra y bebo. Demasiada espuma, pienso. Es difícil llegar al líquido, te manchas antes, así que la dejo reposar.

En el bar hay tres formas de pedir ese oro líquido en función de cuanta espuma quieras: ‘Hladinka’, la que te sirven por defecto (40% de espuma),’šnyt’ (70%) o ‘mlíko’, pura espuma.

Cada una cumple su función: apagar la sed, disimular cuando no quieres seguir el ritmo de tus colegas de farra o – mi favorita – dar tiempo a largas conversaciones y debates sin levantar sospechas ni sentir la presión del camarero que busca liberar una mesa mientras ese manto burbujeante se funde con el líquido amargo.

“La excusa perfectas para reunirse durante un largo rato durante el comunismo sin levantar sospechas”, nos comentó una guía.

En Chequia la cerveza es orgullo nacional y no se andan con medias tintas. Algunas marcas que exportan sus barriles incluso exigen a sus clientes un “tapster” capacitado – algo así como un tabernero pro – que sepa tirar bien la cerveza.

Tiene buen sabor, un tanto amarga, pero con menos gas. En resumen, baja bien, tarda en subir y no deja (tanta) resaca.
Su precio? Más barata que el agua.

Será por eso que los checos siempre lideran el ranking de consumo de cerveza per cápita del mundo: 181,7 (En España nos quedamos en el décimo puesto: 86,6).


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