Playas interminables en las que reina la tranquilidad y un viento que reta a los valientes, así es Punta del Diablo,
Paz es la palabra que mejor define a este lugar en la costa norte de Uruguay, y que permite a los trabajadores de cualquier gran ciudad desconectar por unos días del frenético ritmo de la capital.
No hay cobertura, tampoco wifi en cada esquina. Tan solo playa, viento fresco y chiringuitos en los que ahogar tus penas, si fuera necesario. Un pedacito de cielo para quienes huyen de las colas interminables y los destinos colapsados como; por ejemplo, la vecina Punta del Este, a tan sólo unos kilómetros de distancia.
A la playa y el descanso se une la satisfacción de poder disfrutar de una maravillosa parrillada de pescado – recién capturado – o un asado, imprescindibles en la gastronomía de esta región del planeta. Todo ello aderezado con unos atardeceres de película que no dejarán indiferente ni al más tranquilo del grupo.
Y es que éste es un destino ideal para disfrutar en familia, con niños, pero también en pareja o con amigos.
Entre las opciones de alojamiento, priman las casas o cabañas en alquiler, aunque también hay un par de establecimientos hoteleros con piscina. En todos, la parrilla es un imprescindible.
Nuestra recomendación para visitar este pequeño paraíso terrenal es antes del 25 de diciembre. Esta es la fecha en la que se inician formalmente las vacaciones de los países con incidencia en el verano austral y comienza su desfile hasta esta localidad que, tras haberse preparado a conciencia, multiplica considerablemente su número de residentes habituales. Solo ahí despiertan los puestos playeros, bares, restaurantes, y demás establecimientos turísticos.
Pero…para los más aventureros sabemos que el descanso y la desconexión no siempre son suficientes. Por ello, nuestra recomendación es que aprovechéis la estancia para visitar también otros lugares curiosos que rodean este paraje natural.
Nuestra selección:
- Chuy: Es el lugar de las compras. Ubicado justo en la frontera con Brasil permite adquirir cualquier tipo de producto a un precio mucho mejor que en cualquier otro lugar de la redonda.
- Cabo Polonio es un imprescindible. Si os ha enamorado Punta del Diablo, no os podéis perder este paraje maravilloso que os hará echar la vista atrás y disfrutar de la naturaleza. Sin más.
- La Laguna Negra es famosa por sus atardeceres. El momento idóneo para acercarse a disfrutar de este extenso paraje que configura la laguna más grande de Uruguay.
- El Parque de Santa Teresa y su fortaleza. El parque cuenta con maravillosos miradores, también cuidada vegetación y hasta zona para acampar. Todo ello bañado por playas interminables en cuyo horizonte rara vez es distinguible el azul del agua con el de un cielo impresionante incluso cuando lo acechan las nubes. Su fortaleza es además uno de los vestigios del pasado que españoles y portugueses se disputaron durante años.
- El Bosque de Ombúes cuenta con 20 kilómetros de extensión dedicada únicamente a esta especie vegetal. Excursiones en barco os permitirán disfrutar de esta maravilla natural.
- Fortín de San Miguel. Toda la grandiosidad de una antigua fortaleza que mira al océano y que conserva entre sus muros restos indígenas, cerritos de indios o montículos de tierra que alcanzan los tres metros de altura.
¿Y para la noche?
En la zona más próxima a la playa hay un par de establecimientos que ponen música y cócteles hasta altas horas de la madrugada -especialmente durante los fines de semana o fechas señaladas-.
A la hora de desplazarse. El coche es siempre lo más cómodo pero, para los que no tienen o no quieren alquilar, hay líneas frecuentes de autobús entre Montevideo y Punta del Diablo que son tan rápidas como el coche y a un precio mucho más asequible. Todo con la comodidad de poder ir durmiendo si se decide viajar de noche o de tener wifi durante el trayecto por cortesía de la empresa de transporte.
Ah, y como consejo extra para los amantes del sol: el protector no es sólo una opción, ha de ser una obligación ya que en esta zona geográfica pega especialmente fuerte y no debemos escatimar en su aplicación si queremos salvarnos de una quemadura más que considerable. Hablamos por experiencia.
